LA COCINA
10 CLAVES PARA COMER CORRECTAMENTE
- Antes de empezar un régimen alimenticio, sobre todo si va a durar más de 2 semanas, debe consultar con un profesional titulado y especializado.
- Intente conocer la causa de su aumento de peso; si bien es verdad que la herencia es importante y existen patologías que también pueden causarlo, no olvide que la causa más frecuente son los malos hábitos dietéticos.
- Elija el momento oportuno para iniciar la dieta, es importante el estado de ánimo para ponerla en práctica y éste sólo lo conoce usted.
- Seleccione la dieta que más coincida con sus gustos personales, no se fíe de las dietas mágicas.
- Cuando decida ponerla en práctica no se la salte por ningún motivo; una aceituna o una almendra pueden ser causa de fracaso.
- No utilice la comida como válvula de escape de ningún problema, no sólo no lo va a solucionar, sino que va a añadir uno nuevo al que ya tenía.
- Es importante acompañar siempre la dieta de ejercicio físico, de este modo aumentará el gasto energético. Sirve cualquier tipo de actividad física, como caminar o subir y bajar escaleras.
- Come tranquilamente, mastique despacio y no haga otras cosas mientras come (por ejemplo, ver la tele). Evite el exceso de reposo después de las comidas.
- Duerma una media de 8 horas diarias. Descansar bien es imprescindible para aguantar el ritmo de una dieta de adelgazamiento.
- Motívese continuamente, recuerde que está a dieta porque quiere hacerlo y que es un acto voluntario por su parte
NO EXISTEN MILAGROS, LA CLAVE DE UN BUEN RÉGIMEN DE ADELGAZAMIENTO ES QUE HAY QUE COMER ABSOLUTAMENTE DE TODO, ESO SÍ, EN PEQUEÑAS CANTIDADES. Y NO OLVIDAR EL EJERCICIO FÍSICO.
COCINA CON POCO SALERO
El consumo de sal debe ir disminuyendo poco a poco, de tal forma que el paladar se vaya acostumbrando.
- Utilice menos sal cuando cocine y no ponga el salero en la mesa.
- Para aumentar el sabor de las comidas utilice zumo de limón, pimienta u otras especias.
- Utilice aceite de oliva.
- Use productos bajos en sodio.
- No abuse de los alimentos en los que se utilice gran cantidad de sodio al ser procesados, como las conservas y los pre cocinados.
- Evite el consumo de carnes saladas o ahumadas, como la panceta, el jamón y los embutidos.
- En los restaurantes elija la comida que más se ajuste a estas recomendaciones.
- Lea las etiquetas con atención, algunas indican la cantidad de sodio que contiene cada ración.
- Pida comidas cocinadas con bajo contenido en sal.
- Si en su caso en particular fuera imprescindible una mayor restricción del consumo de sal, es necesario utilizar una sal potásica o magnésica en lugar de sal común.
Una buena manera de acostumbrase a tomar alimentos bajos en sal es utilizar ésta una vez que el alimento está en plato y no antes. De esta forma conseguirá que las papilas gustativas se estimulen rápidamente al contacto directo con la sal y así no notará que la comida esta cocinada sin ella. Pero recuerde: la cantidad de sal común que usted puede usar para todas las comidas del día no debe sobrepasar 1,5 g. (la sal que cabe en un dedal).
CONSEJOS NUTRICIONALES
La dieta debe ser, como hemos dicho muchas veces:
- Variada, evitando la monotonía y adaptada a los gustos individuales.
- Pactada previamente con su médico o nutricionista.
- De bajo contenido calórico (900, 1200, 1.500, 1.800 calorías) según el grado de obesidad, el sexo y la actividad de cada individuo.
- Equilibrada, es decir, que contenga todos los nutrientes básicos en las proporciones adecuadas.
- Diversos estudios apuntan que no es igual que las calorías provengan de carbohidratos, de proteínas o de grasas, como se pensaba hace unos años. Cuando se incrementa la cantidad de calorías a expensas de alimentos grasos es más probable que se produzca obesidad que cuando ese aumento calórico se hace a expensas de hidratos de carbono.
- El aporte de grasas aconsejadas debe ser escaso, no más del 30% de la energía total de la dieta, repartido de la siguiente forma:
- 10% grasa de origen animal.
- 10% grasa poliinsaturada (vegetal y pescado).
- 10% aceites monoinsaturados (aceite de oliva).
En cuanto al aporte proteico se recomienda el 15% del total de calorías; y entre el 50 y el 60% de hidratos de carbono, fundamentalmente del tipo que llamamos complejos (cereales, patatas, legumbres).
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